Esteu aquí: Inici Cooperació Notícies Notícies 2021 Lligams entre comunicació i cooperació Periodismo y cooperación, alianzas estratégicas

Periodismo y cooperación, alianzas estratégicas

Periodismo y cooperación, alianzas estratégicas

Por Marlene Martínez y Daliri Oropeza Álvarez
15/12/2021

Los medios independientes son una esperanza en México para ejercer el periodismo. Con alto rigor, las y los periodistas reportean con una perspectiva de derechos humanos que abre el panorama informativo en contextos de crisis. En medio de situaciones adversas y declaraciones de guerra contra el narcotráfico, los medios independientes encuentran en la colectividad su fortaleza.

Los y las periodistas en México, que cubren cuestiones de derechos humanos, sobre todo en los estados al interior del país, viven la precarización del oficio, y al mismo tiempo el asedio de grupos de poder, sean legales o ilegales. Las agresiones pueden venir desde los gobiernos o funcionarios hasta grupos del crimen organizado en sus diferentes escalas.  Esto se suma a la carga laboral, pues estos temas son cada vez más cotidianos. Son problemáticas y conflictos que pocos periodistas abordan.

En medio de las circunstancias adversas para el periodismo en México por los temas a los que damos cobertura, hacer redes también es hacer resistencia. Implica soñar que quienes nos leen, nos escuchan o nos ven, nos respaldan lo suficiente cuando hay alguna agresión y nos ayudan a alcanzar la independencia y sostenibilidad de manera monetaria.

Los medios independientes se han vuelto opciones laborales para periodistas en contextos de censura, violencia, explotación laboral y agresiones. En lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los criminales han asesinado a veintitrés periodistas. Desde el 2000, la cifra crece a ciento cuarenta y cinco periodistas. Las agresiones a la prensa son algo cotidiano, aunque no todas tengan eco.

Los asesinatos son lo más grave, pero no son lo único que le sucede al gremio. En un país donde se han asesinado tantas personas que ejercen el periodismo, a veces las agresiones parecen insignificantes.

Hay zonas de México donde el crimen organizado ataca directamente para quitarles cámaras o impedir que realicen documentación en sus zonas de dominio. Las amenazas han llevado a quienes ejercen el periodismo a desplazarse a otro lugar. Incluso llegan a emitir mensajes violentos en sus casas a modo de advertencia.

El periodismo interesado en investigar temas que no convienen o importan a intereses hegemónicos rema a contracorriente, no solo por los asesinatos, también por las agresiones más sutiles, que incluso cuesta clarificar como agresiones o intentos de amedrentar.

En 2011, cuando surgió Lado B, un medio independiente poblano, hubo un asalto a la que en ese momento era la oficina de redacción. Personas armadas tomaron a quienes estaban dentro y se llevaron los equipos de cómputo y documentos. No le hicieron daño a nadie, al menos físico.

No se puede asegurar que haya sido un asalto común, ni tampoco un ataque relacionado con alguna publicación. Meses después,  policías estatales llegaron a casa de quienes dirigen el medio, Mely Arellano y Ernesto Aroche, en un acto que parecía intimidación.

Ser independiente es la apuesta para hacer un periodismo que no esté al servicio de intereses particulares, ya que en México los recursos destinados a publicidad oficial casi siempre se reparten a discreción y condicionan la línea editorial de los medios que los obtienen.

La independencia también significa la incertidumbre financiera, que lleva a su vez a un doble desgaste para los equipos de trabajo, donde ya no solo se piensa en las investigaciones, en los reportajes y en los riesgos de cobertura, sino en crear nuevas estrategias que permitan que el medio y quienes trabajan ahí se mantengan.

Construir un periodismo que  acompaña, que se fortalece en su día a día, también significa un impulso para visibilizar las problemáticas en medio de la crisis de derechos humanos que vive México.

Es una realidad que los riesgos, la precarización laboral y las vulnerabilidades de los periodistas en México persisten, aún así hay procesos de aprendizaje que las y los periodistas hemos caminado en estos años de acompañar la búsqueda de la dignidad, la memoria, la paz, las personas desaparecidas y el alto al despojo de tierra, y, con ello, las luchas por los derechos humanos en México.

La cooperación internacional ha significado alianzas estratégicas y creación de redes en el caso del periodismo de derechos humanos. También un refugio y un espacio de denuncia. Un ejemplo de estos intercambios es la Red de Periodistas de a Pie (Pdp).

Pdp es una organización que defiende los derechos de los periodistas. Al darse cuenta que en lo local, que los y las periodistas son más vulnerables, pero más que conteos de asesinatos o talleres de seguridad, lo que requerían eran profesionalización y espacios para publicar lo que en lo local resultaba incómodo y silenciado. Así, con recursos de la cooperación internacional crearon un proceso de talleres y abrieron Pie de Página, que inició como un medio refugio de quienes sufrían censura o amenazas, y ahora es el medio independiente que más crece en el país.

Esta red permitió dar compañía y acuerpar periodistas en todo el país, independientes o de medios tradicionales. Provocó incidencia y denuncias por los atropellos a derechos del gremio. De este vínculo nació el proyecto de la Alianza de Medios: once medios locales e independientes que forman nodos y son aliados de la red, ubicados en 9 estados del país (de la cual Pie de Página y Lado B son parte). Ese proceso ha fortalecido a todos los medios que participan.

Los programas de acogida de periodistas, como el del Ayuntamiento de Barcelona, a través de la Dirección de Justicia Global y Cooperación Internacional, gestionado por la Taula per Mèxic, resulta clave para la prevención de riesgos a comunicadores. Es un espacio para que personas del gremio emprendan un camino de sanación y puedan ejercer el periodismo al volver, de una manera que abone a su propia seguridad. No es fácil convivir diariamente con las violaciones a derechos humanos, al acompañar a defensoras y activistas, asimilamos los dolores y riesgos a los que están expuestas.

Los y las periodistas viven tan inmersos en dinámicas de coberturas, que no hay tiempo o espacio para tratar el estrés postraumático, acumulado al documentar. Por eso los programas de acogida desde la cooperación internacional se vuelven clave en la salud física y mental, que abona una mejor comprensión de las realidades a las que estamos expuestos.

El programa de acogida en Barcelona, como parte de la cooperación internacional, ha permitido que miembros de esta red de periodistas tomen un espacio de reflexión y sanación para mejorar su salud y por ende sus coberturas. Esto también ha ayudado a fortalecer a periodistas víctimas de la violencia directa y mejorar sus labores en los medios.

Al sanar un integrante de un medio aliado o de la red Pdp, también se fortalecen los procesos periodísticos y de seguridad de quienes ejercemos este periodismo independiente, de derechos humanos.

La cooperación internacional es una forma de tejer redes, de hacernos visibles, o solo la oportunidad de tomar una pausa para mirar el periodismo que hacemos. Implica reflexionar y tomar fuerzas nuevas para no perder de vista los temas que cubrimos, que son de fondo, lo importante, aunque intenten desviar la atención y/o silenciarnos con agresiones.

A la cooperación internacional, quizá la anteceden los esfuerzos de quienes articulan a periodistas desde lo local, como la Red de Periodistas de Pie, porque en la lógica centralista de México y del mundo acceder a la atención internacional no es sencillo. A veces la atención llega solo después de tragedias que se hacen mediáticas.

Los medios que conforman la Alianza de Medios apuestan a contar al país cada quien desde sus territorios, donde sin red y sin Alianza serían menos fuertes y más vulnerables. Sin embargo, desde los estados y lo local es más difícil acceder a los recursos de la cooperación internacional.

Los riesgos, la precarización laboral y las vulnerabilidades de los periodistas en México persisten. Aun así hay procesos de aprendizaje que las y los periodistas hemos caminado en estos años de acompañar la búsqueda de la dignidad, la memoria, la paz, las personas desaparecidas y el alto al despojo de tierra y con ello, las luchas por los derechos humanos en México.

Al construir un periodismo que se acompaña, que se fortalece en su día a día, eso también significa un impulso a visibilizar las problemáticas en medio de la crisis de derechos humanos que vive México.

De los aprendizajes de este proceso es que al estar en red, tener una comunicación entre distintas realidades de ejercer el periodismo, nos hemos hermanado en el fortalecimiento de nuestra labor como periodistas y al ser parte de una casa, saber que hay una familia que responderá por ti si algo te sucede.

Las autoras:

Marlene Martinez fotógrafa, videógrafa y coordinadora multimedia en el medio independiente poblano Lado B, donde cubre derechos humanos, migración, feminismo y megaproyectos.

Daliri Oropeza es periodista independiente narradora de sublevaciones, movimientos sociales, culturales, pueblos indígenas, rebeliones, luchas por la tierra y contra el cambio climático. Es maestra en comunicación y cambio social. Actualmente colabora en el medio independiente Pie de Página.

Per saber-ne més:

Segells de reconeixement d'administració oberta